Prólogo como Dios manda, dando buena cuenta de un almuerzo suculento.
Río precioso a pesar de la sequía que sigue amargándonos el verano.
Alguna que otra captura.
Caída de alguna hormiga que avisaba sobre la tormenta que se avecinaba.
Y la calma después de la tempestad.
El pobre balance de capturas es lo de menos, mandan las sensaciones, y siempre son buenas en ese entorno.
Gracias Oskikar, las siguientes fotos las pondrá por fín "servidora", jejejejejejeje
Un abrazo a la cuadrilla,
FERMIN