Las pasadas nieves nos han dejado mucha, muchísima agua, y fría, helada más bien..., pese a lo cual Txema es incapaz de afrontar con dignidad su “mono” de pesca y acomete, con más ilusión que esperanzas, una nueva jornada de pesca en el destierro aragonés.
El día amanece nublado, pero el aire pronto despeja las nubes.
El río alto pero pescable, agua muy fría, apenas mosca (baétidos, nada de pardones).
Ni una sola cebada, ni un solo toque a la ninfa,...
En resumen, segunda salida y segundo bolo consecutivo...
Otra vez será...
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