No voy a negar mi afición por las truchas y reos cantábricos, peces esquivos como pocos, que exigen cautela, precisión y delicadeza en el desarrollo de la pesca a mosca.
Acude otro año más, en compañía de mi amigo Iñaki, a uno de mis ríos favoritos por esta época.
Calor, caudales justos, nada de mosca, poca actividad..., incluso en las primeras horas del día.
Pocas pero agradecidas capturas, que viene a completar unos relajantes días de pesca, con buena compañía y preciosos parajes.
Toca esperar a que pase el tórrido verano para continuar la temporada.
Seguiremos reportando, un abrazo,
FERMIN